Sin duda, las listas de propósitos para el año nuevo no han tardado en aparecer. La mayoría con el mismo deseo. Que 2021 se porte un poquito mejor que su predecesor.
Desde luego que este año ha sido uno de muchos cambios, incertidumbres, miedos y pesares. Resumidamente, puro caos. Pero también ha sido un año de muchas lecciones, por muy pequeñas que hayan sido, que merecen ser recordadas. Algunas han sido por las buenas, otras por las malas. Pero estoy segura de que cada una ha sido un paso en la dirección correcta, en ir por nuestro camino, aunque sea un poco encorvados por los palos que no hemos llevado, pero siempre con la mirada al frente.
Los finales de año tienen ese tinte de finales de etapa, de final de un capítulo o incluso de libro entero. Y nos presentan la posibilidad de reexaminar el año pasado, apostar por el venidero y tener algún que otro deseo. Para mi, los finales de año son los momentos perfectos para releer lo vivido, pararme en esas frases que durante todo el año no entendía y guardar ciertas historias donde corresponde, en una balda alta y fuera de la vista.
Releyendo lo que escribí el año pasado, me sorprende ver lo poco y lo mucho que ha cambiado todo. Sigo siendo la misma, pero diferente. Aprendiendo y desaprendiendo, repitiendo los mismos errores y dando pasos agigantados en la dirección correcta.
A ti, 2020, te voy a agradecer alguna que otra cosilla, pero ante todo, te voy a agradecer todo lo que he aprendido este año. Y también agradecer a la gente que ha andado conmigo este camino, a veces un poco rocoso e inestable, pero siempre mirando al frente.
La familia y los buenos amigos son el fundamento imprescindible para todo lo que quieras hacer. Y también el apoyo incondicional para cuando no quieres ni puedes hacer nada. La vida es dejar ir y dejar entrar. No hay tiempo mejor invertido que cuando cuidas de tu gente. Leer y escribir son una de las mejores cosas que tiene el ser humano. Despertarse, mirar al espejo y sonreír cambia completamente tu día. También, dar los buenos días a desconocidos. A esta vida hemos venido a querer, y si aún no has encontrado a quién, sigue buscando. El amor no está sobrevalorado, ni tampoco las relaciones. Son de lo mejorcito que hay. La elegancia no es capricho ni ostentación, es la sencillez de admitir un consejo, la admiración de las cualidades ajenas y el buen uso de los bienes. El orgullo te quitará todo y te dejará sin nada. La base de una buena relación siempre va a ser una comunicación completamente abierta y sincera, aunque en el momento de la verdad te sientas como un idiota. La magia existe, solo hay que estar despierta para verla. No hay nada más hortera que tomarse las cosas muy en serio. Habrá canciones que no podrás escuchar durante un tiempo, pero poco a poco irán volviendo a ti. En el cruce entre la libertad y la creatividad se encuentra la felicidad. No hay sueño lo suficientemente loco como para dejar de soñar. El vino, placer y misterio en una copa. Bébelo como si no fuese a haber ninguna botella más, porque in vino veritas. Escoge siempre amar de más. Cuando no entiendas algo y no dependa de ti cambiarlo, confía en Él. Con el tiempo, todo empieza a tener sentido y el tiempo todo lo cura. Hay que preocuparse un poquito menos y vivir un poquito más. Cuando no haya respuesta, lee Tiny Beautiful Things. La tostada de aguacate es un manjar que se puede disfrutar a cualquier hora del día. Igual que el helado y el queso. Mejor si son artesanos. Para quien cree, ninguna prueba es necesaria, pero para quien no cree, ninguna prueba es suficiente. En la naturaleza suelen estar todas las respuestas. El verdadero placer está en las pequeñas cosas: prepararse una taza de café, disfrutar de los rayos de sol en la terraza, leer en la cama por la mañana. Casi todo lo que hay que saber se encuentra en Elogio de la quietud, de Cuartango. Nunca, nunca se pueden llegar a tener demasiados libros. Estar sola y sentirse sola son dos cosas completamente diferentes. La primera, muy necesaria; la segunda, a evitar. Hay dos formas de vivir: como si nada fuese un milagro, o como si todo fuese un milagro (Albert Einstein). Compra menos, pero compra mejor. Las oportunidades que creías completamente alejadas de tu ideal, pueden empezar a transformarse en él. Paseando surgen siempre las mejores ideas. Atráelos por la forma en la que vives (San Agustín). Es mejor no ofrecer ninguna excusa que una mala. La adversidad fortalece el carácter. No existe la erudición inútil. El lujo está en el disfrute sencillo. El lujo es tiempo y consciencia. Comparte lo que escribes. El cuerpo es el camino directo al alma. La mejor forma de olvidar la propia tristeza es ayudando a los demás (y bailando). Toda descripción es una opinión sobre el mundo. Cuida mucho tus amistades. Pasa tiempo con gente a la que admires y a la que quieras parecerte, porque inevitablemente lo harás. Un buen plato de pasta o una buena pizza siempre serán manjar de dioses (con extra de queso, of course). Escribir es que lo leído y lo vivido duren cinco minutos más (Xacobe Pato). Todo lo que viene de Dios da calma. Escoge el amor, siempre. Lo que hace a una persona verdaderamente inteligente es la capacidad de saber sostener dos ideas contradictorias al mismo tiempo. La poesía te “toca” en muy poco espacio y tiempo. Recuerda: hacemos las cosas que nos gustan, porque nos vamos a morir. Huye del esnobismo intelectual. Cita con la misma naturalidad, gracia y sencillez a un autor clásico que a un poeta de Instagram, porque ambos emocionan. No le dediques más de cinco minutos a un problema que no va a importar en cinco años. Por ejemplo, perder las llaves (es una faena cara, pero no es el fin del mundo). Hay que bailar con la música que suena. La vida está en la emoción de lo cotidiano y la creatividad suele venir en susurros. Felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía. A la hora de escribir, tiene que haber un pacto de honestidad y confianza entre el escritor y el lector (Terrés). No estamos ensayando para ninguna obra, estamos aquí y esto es el estreno. Hagamos que merezca la pena. Sin leer y sin vivir, escribir no tendría ningún sentido. Si quieres a alguien, díselo. Ahora, antes de empezar un nuevo año. Nunca se debería dar a las personas por hecho y asumir que saben cómo te sientes. Cuida de los tuyos y sé feliz. El tiempo vuela.
Feliz 2021.
Genial, como siempre!!
FELIZ 2021 Helena!!
Un abrazo enorme