Considero que los horóscopos no son más que un reflejo de los deseos que albergamos. Siempre encontramos algo que encaja perfectamente con nuestra situación particular y empezamos a tener esperanzas de que el resto de las predicciones aún no cumplidas, vayan a convertirse en realidad antes de que entre el siguiente horóscopo en vigor. Nos reconocemos a nosotros mismos en el presente, pero también los deseos más profundos que tenemos para nuestro futuro. Lo que queremos que nos suceda, los éxitos que esperamos que nos aguarden, incluso las predicciones que aluden a nuestra vida sentimental suelen contener algo que deseamos en secreto. Siempre que me da por leer alguna de estas cosas en las que te cuentan qué te va a pasar en un futuro, me pregunto lo mismo. Cómo puede ser que siempre haya algo con lo que me sienta identificada? Cómo puede ser que encuentre algo de verdad en un texto que ha escrito una persona que ni sabe de mi existencia, ni de mis inquietudes, ni de mis anhelos. Y suelo llegar a la misma conclusión. Unos pueden decir que las responsables son los astros, que contienen toda nuestra verdad, la actual y la venidera. Yo creo que va en otra dirección. Creo que proyectamos nuestros deseos para el presente y el futuro cada vez que abrimos la puerta y dejamos que otra persona nos prediga algo, ya sea el horóscopo del periódico, un terapeuta o un amigo durante una crisis existencial. Buscamos alguna forma de adaptar esas verdades que nos dicen a nuestro agrado, retorciendo y doblandolas hasta que adquieren la forma deseada. Esto pasa porque, a veces, no podemos con la situación presente o la verdad que nos ha tocado vivir. Y no pasa nada por intentar esquivar un poco de dolor o tener el deseo de que las cosas mejoren y cambien. Es completamente humano y muy comprensible. Con lo que sí hace falta tener cuidado es con ausentarnos de la realidad. Nuestros deseos y nuestras proyecciones pueden acabar convirtiéndose en prismáticos que determinan cómo vemos a los demás y cómo nos vemos a nosotros mismos. Si vivimos alejados de la realidad, estás proyecciones se acaban retorciendo tanto que, no sólo nos dañan a nosotros, sino que ponen una carga sobre los hombros de personas que en ningún momento la han solicitado o se han prestado a llevarla.
Cómo no proyectar tanto sobre nuestro entorno? Conociéndonos. Teniendo una gran aceptación de lo que estamos viviendo. Intentando no ver conexiones y relaciones donde no las hay. Por eso, proyectar lo que nos ha pasado en el pasado con lo que nos va a pasar en el futuro es ponerle la zancadilla a que las cosas cambien. Hay que tener confianza que no hay patrones, que no estamos en una espiral sin salida y que tenemos todo el poder en nuestras manos para hacer los cambios que queremos hacer. Pero para ello hay que saber qué queremos que cambie. Y tener todos (o casi todos) los por qués.
Un libro
El penúltimo Negroni de David Gistau (Ed. DEBATE). Leer las columnas de Gistau es como entrar en un bar, pedir algo para beber y dejar que este genio te explique el mundo. Pero no de cualquier manera. No con términos rimbombantes o pedantería, ni con chulería o superioridad. Esta es la charla con un amigo que simplemente cuenta cómo ve él el mundo. No te dice que tú lo tengas que ver así. Simplemente te cuenta cómo lo ve él. Que te gusta? Te pides otra copa. Que ves que no? Bueno, digamos que eso no va a pasar y si pasa, igualmente te pides otra copa, porque está tan bien contado y tiene tanta lucidez, que simplemente quieres escuchar más.
Una serie
The Undoing en HBO con Nicole Kidman y Hugh Grant. Una serie con unos tiempos, tensión y silencios muy bien conseguidos y que logra mantenerte durante todo el episodio en vilo. Cuenta con buenas actuaciones de Nicole Kidman y Hugh Grant, que aún interpretando un papel dramático, consigue meter su humor británico muy único.
Un pitch creativo
El de Mick Jagger a Andy Warhol.
Una frase
Del gran Camilo José Cela.
Un consejo
Un cuestionario
Todo el texto inicial viene en parte inspirado por un cuestionario que tomé sobre qué tipo de artista soy. Creo que el resultado se ajusta a lo que yo percibo de mí misma, pero lo dicho, como con el horóscopo, a veces vemos cosas que están o que, aunque no estén, deseamos que lo hagan. Una amiga me dijo que el objetivo que se tiene y lo que se es suelen ir bastante en línea, sobre todo considerando el ámbito artístico. Por lo que quiero creer que, si no lo soy ya, como quiero alcanzarlo, estoy en el camino correcto. Por cierto, soy el tipo Adventurer. Y sí, me siento muy identificada. Sobre todo con la primera frase.
Esto es todo por hoy. Espero que os haya gustado, inspirado o hecho pensar. O simplemente os haya entretenido un ratito.
Os escribo en dos semanas.