Como seguramente ya habréis podido ver, Spotify ha vuelto a publicar, como cada año, las listas personalizadas de nuestras canciones más escuchadas del último año.
Por un lado, no acabo de comprender por qué las publican el 1 de diciembre, cuando aún queda un mes para seguir escuchando, descubriendo y cambiando la banda sonora de nuestra vida. Porque, al final, eso es lo que se acaba viendo reflejado en esta lista. Cuál ha sido la música que más nos ha acompañado en los último 365 días, qué canción hemos escuchado en bucle, una y otra vez, y qué artistas han estado susurrandonos verdades o ilusiones al oído.
Las listas que ha publicado Spotify son, según mi opinión y percepción, una radiografía sentimental y emocional de nuestro último año. En ella se ven reflejados nuestros hobbies, nuestra alegría y tristeza, nuestro estado de ánimo habitual y cuál ha sido el gran tema predominante en nuestros días. También podemos reconocer, si prestamos atención a las canciones que aparecen, qué personas han estado más presentes en estos últimos meses. Porque en la lista se pueden esconder canciones que se convirtieron en favoritas gracias a que, en su día, alguien nos las descubrió.
Al abrir mi lista, no me extrañó ver el título de la canción que más he escuchado este año. Me la esperaba, porque realmente ha sido mi canción del año. O más bien, de la segunda mitad de este año. Porque escucharla ha sido terapéutico, una compulsión en los momentos donde necesitaba claridad mental y esperanza para el futuro. Según Spotify, la he escuchado 95 veces. Pero estoy segura de que, en realidad, han sido más. Porque el efecto sanador que ha tenido no se consigue con 95 reproducciones. O en 380 minutos. O puede que, dependiendo de la intensidad con la que se escuche, solo una reproducción basta para cambiarnos completamente.
Viendo mi lista, me ha resultado instantáneo el descubrir un mapa emocional del año pasado. Un diario a base de canciones. Porque puedo reconocer y recordar perfectamente qué canciones escuché en qué momento. En esta lista hay canciones que llevo meses sin escuchar, porque no podía con los recuerdos que contenían. Hay canciones que descubrí hace solo un mes, pero que han sido una apuesta fija todos los días desde entonces. Me sigue resultando fascinante ver cómo una canción puede ser una cápsula del tiempo, un espacio que alberga momentos específicos, con ruidos de fondo, olores y, por supuesto, una compañía específica.
Leí un fragmento en el libro All I know about Love de Dolly Alderton, de cómo, con el tiempo, las personas acaban desapareciendo de nuestras canciones, permitiendo así que esas melodías se vuelvan a convertir en páginas en blanco, lienzos en los que plasmar una historia nueva, con nuevos recuerdos, nuevas vivencias y nuevas personas. Me parece bonita la idea de que nuestra música, las canciones de nuestra vida, siempre acaban volviendo a nosotros, de una u otra forma. Pero siempre vuelven.
Por la música, por las emociones que albergan y por la alegría que dan. Por un año más creando la banda sonora de nuestra vida y nuestro diario sentimental. Por un año más disfrutando de uno de las mejores regalos que tiene la vida, la música.
Una película (y una canción)
Begin Again (2013). Oldie, but goodie. Una película, en la que la música juega un papel esencial en la vida de sus protagonistas.
Esta canción estuvo en mi lista hace algunos años y, aunque este año no entrase, sigue formando parte de mi banda sonora particular.
Una canción (de mi lista de 2020)
Me fascina cuando actores, de los que no se conocía su talento musical, cantan en las películas y lo hacen verdaderamente bien. Es a partes iguales extraordinario e injusto, para las personas que no tenemos este talento. Pero en esta película y, en particular, esta canción, Bradley Cooper me emocionó.
Una frase
After silence, that which comes nearest to expressing the inexpressible is music.
Aldous Huxley
Una pregunta
Cuál ha sido tu canción del año?
La felicidad en menos de 140 caracteres
Vivir una canción en toda su plenitud con otra persona .
Seguid escuchando música, seguid disfrutando del arte. Y ante todo, seguid abiertos a sentir con la música. Porque de eso va la vida.
Os escribo pronto.
P.D. Hace unos meses escribí sobre la música y su poder sanador. Cuando la música dice lo que el alma piensa.