El verano ya está casi aquí, las horas de descanso, de siesta, de cenas sin chaqueta y meriendas bajo el porche. De leer mucho, pasear, tomar el sol y disfrutar de un pedacito más de libertad, ese pedacito que se nos ha escapado en el último año y medio. Pero también está ese tiempo de pesar, de ser conscientes de que el tiempo pasa muy despacio y, de repente y sin previo aviso, muy rápido. La incertidumbre a la que hemos sido acostumbrados, pero también la certeza de que pocas cosas van a ser igual que antes (y, en muchos casos, mejor que sea así).
#19 Tenernos paciencia
#19 Tenernos paciencia
#19 Tenernos paciencia
El verano ya está casi aquí, las horas de descanso, de siesta, de cenas sin chaqueta y meriendas bajo el porche. De leer mucho, pasear, tomar el sol y disfrutar de un pedacito más de libertad, ese pedacito que se nos ha escapado en el último año y medio. Pero también está ese tiempo de pesar, de ser conscientes de que el tiempo pasa muy despacio y, de repente y sin previo aviso, muy rápido. La incertidumbre a la que hemos sido acostumbrados, pero también la certeza de que pocas cosas van a ser igual que antes (y, en muchos casos, mejor que sea así).